Las mujeres somos muy valientes y en general es una valentía íntima, que se mueve en un espacio familiar, doméstico y que muchas veces no se nota
Cuando hablamos de valentía y coraje pensamos en una gran hazaña heroica o la defensa de lo propio con la vida. Tenemos asociado el concepto de valentía a lo masculino, a enfrentar el peligro y a obras notables.
Tengo el privilegio de contar con la amistad de María Eliana Christen, una de las mujeres que el año 2004 cruzó el Atlántico y se ganó el apodo de la “Abuela Voladora”. Hemos conversado largamente sobre la fuerza que tuvo para emprender tamaña cruzada, también del coraje de haberse subido a una avioneta con otra señora de su edad como compañera, sin mayores recursos financieros, ni auspicios ni equipamiento adecuado al vuelo trasatlántico que hicieron. Aún así demostraron cuán valientes y capaces podemos llegar a ser las mujeres chilenas y la poca confianza que nos tienen.
Estas mujeres tuvieron que atravesar el mundo en estas condiciones para ser reconocidas, y estoy segura de que ese evento no es el acto más valiente que han realizado, pero sí, el más notorio.
De la valentía femenina poco o nada se habla, pues no se ve ni se reconoce. Las mujeres somos muy valientes y en general es una valentía íntima, que se mueve en un espacio familiar, doméstico y que muchas veces no se nota.
Valiente es la mujer jefa de hogar que día a día sale a trabajar, mantiene económicamente a sus hijos, sostiene los problemas familiares y deja los propios de lado privilegiando siempre a sus seres queridos en todo ámbito.
Valiente es la mujer que habla, que se atreve a decir ¡¡¡Basta!!! a una larga historia de sufrimiento, dolor y violencia dentro de su hogar. Es la que corta con la humillación y dice ¡¡¡Basta !!! a los golpes al cuerpo y el alma de sus hijos.
Valiente es la mujer que calla, que se atreve a mantener el silencio cuando el resto habla demás, cuando se insulta y se calumnia sin piedad.
Valiente es la mujer que cuida a sus enfermos, que tiene la fuerza para sacar adelante a un hijo discapacitado o a un marido imposibilitado de trabajar debido a alguna enfermedad grave.
Valiente es la se hace cargo de un anciano enfermo con todo el trabajo invisible y la carga emocional que ésta tarea significa.
Valiente es la adolescente embarazada que tiene a su hijo y sigue asistiendo al colegio. Valiente es la madre de esa adolescente con hijos que se hace cargo de su hija y de sus nietos.
Valiente es la niña que cuida a sus hermanos para que su madre pueda salir a trabajar.
Valiente es la profesora que diariamente se enfrenta a los tristes problemas de sus alumnos…
Valiente es la madre, hermana que vive con nosotros o es la vecina, la amiga, pues todas las mujeres tenemos nuestra propia historia de valentía.
¡¡¡Reflexionemos mujeres sobre nosotras!!!, porque todo cambio y todo reconocimiento, parte por una misma.
Que esta reflexión nos sirva para seguir avanzando, ganando los espacios que aún no están reservados para nosotras y que también nos sirva para darnos cuenta de que fuerza tenemos suficiente, de que podemos ir mostrándole el camino a las nuevas generaciones, criando niñas y niños con una nueva conciencia donde los derechos y deberes son los mismos para hombres y mujeres; en un sistema en la nosotras tenemos que hacernos cargo de todo; que podemos ser complemento, que no somos abandonables ni usables, sino que legitimas colaboradoras y mujeres respetables.
En el día de la mujer, ni chocolates ni flores, sino que verdadero reconocimiento a las mujeres valientes de esta tierra.
Mai-Nie Chang Cabrera
Presidenta
Asociación de Mujeres Líderes del Valle del Huasco