LAS LATAS, LOS ADOBES: CHUQUICAMATA ENTRE EMPLEADOS, OBREROS Y PATRÓN

Chuquicamata fue un poblado minero que urbanísticamente tiene una rica historia de profundos contrastes sociales, donde no sólo se diferenciaba en los sueldos y en la educación, sino también en los clubes sociales: Americano, de Empleados y Obreros; hasta en las Pulperías había diferencias en los productos que se vendían, un verdadero y solapado “apartheid” made in Chile, como consecuencia de la dominación y supremacía norteamericana en todos los escalafones laborales y, que se mantuvo hasta la nacionalización del cobre.

El año 1917, hubo dos grandes y populares barrios como fueron: Las Latas, cuyo nombre fue consecuencia de que las estructuras de las viviendas era de material metálico corrugado. Las paredes como el techo. Estaban cubiertos de barro y cemento.

Las Latas estaban conformadas de varios bloques habitacionales, con cuatro cuartos y separados en dos por familia.

Los baños eran comunes y se encontraban en los extremos de cada bloque, alejados de las habitaciones, por lo que en las épocas de inviernos y de heladas extremas, ir a los llamados servicios higiénicos era una verdadera tortura, más aún para las mujeres y los menores.

Hubo familias, que clandestinamente construyeron baños al interior de sus domicilios. Ser sorprendidos o denunciados se enfrentaban a duras sanciones e incluso al despido laboral y del campamento.

El otro complejo habitacional, se conoció como Los Adobes y ésto producto que el material predominante fue el barro, paja de trigo o brea, cual estuco de cemento en las paredes. Las viviendas familiares constaban de tres dormitorios, cocina, living comedor, pero también carecían de alcantarillado, agua y luz, ya que al igual que en Las Latas,  los baños se encontraban distantes de las viviendas.

A medida que transcurrían las décadas y crecía la cantidad de los trabajadores, entre los años 1920 y 1950 se crearon nuevos barrios y viviendas para ejecutivos, obreros y empleados.

También se edificaron zonas residenciales exclusivas para hombres solteros; no obstante y, por necesidad habitacional, algunos vivían con sus parejas e hijos hasta que la compañía le designara una vivienda tipo familiar.

La compañía, como consecuencia del aumento demográfico del asentamiento Chuquicamata, comenzó a construir en Calama villas para los trabajadores y sus grupos familiares. Surgen así: Ayquina, Ascotán, Exótica y Caspana, viviendas muchos más dignas, amplias y con todos los adelantos y materiales de la época.

Corría la década de los ’80 y Chuquicamata era una gran ciudadela con varios servicios asociados, pero a mediado de esa misma década comenzó hacer ruido la contaminación y, a fines de 1980 ya se hablaba del crecimiento del rajo de Chuquicamata y la necesidad de sitios para el depósito de los estériles que sepultarían el hospital, lo que aconteció.

En los ´90, ya se hablaba del traslado total de la población, lo que ocurrió definitivamente el 2007, tras 92 años de existencia del campamento.

Hoy Las Latas, Los Adobes, el Campamento Americano, las Pulperías, el viejo Teatro-Cine “Chile”, la Iglesia, la Plaza, biblioteca, establecimientos educacionales, la Plaza Pública los clubes, el Hospital Roy. H. Glover, que en su época fue uno de los más modernos del país y del Continente; el Estadio Chelle, el Techado y los encuentros de Lisodech, los teléfonos públicos y gratuitos, como lo fue la electricidad y el consumo de agua potable; la feria, el comercio, las oficinas de pagos; los estudios de la emisaora Radio El Loa; el Semanario Oasis, son sólo un nostálgico recuerdos para los chuquicamatinos.

Lo que sí está claro, que hoy los trabajadores de Chuquicamata y sus familiares, viven100 veces mejor que ayer y, sin discriminación entre empleados, obreros y patrón.

 

 

 

 

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