En un esfuerzo por fortalecer la formación técnico-profesional en la Región de Antofagasta, se han implementado una serie de iniciativas y programas educativos que buscan preparar a los jóvenes para enfrentar los desafíos del mundo laboral actual.
Uno de los pilares de esta estrategia es la diversificación de la oferta educativa, que incluye una amplia gama de programas de formación técnica en áreas como minería, energías renovables, tecnologías de la información y servicios turísticos, entre otros, lo que brinda a los estudiantes opciones variadas y también se alinea con las demandas del mercado.
Actualmente existen 931 liceos técnicos a lo largo del país, esto representa el 37% de la matrícula total de Tercero y Cuarto años Medio, aproximadamente 160.000 estudiantes. Un representante de ellos son los colegios técnico-industriales “Don Bosco” de Antofagasta y Calama, donde más de 2.000 estudiantes reciben una formación de excelencia, alcanzando metas y desarrollándose profesionalmente gracias a la enseñanza recibida por la institución salesiana.
“Se ha trabajado en estrecha colaboración con la industria y el sector empresarial para asegurar que los programas educativos estén alineados con las necesidades reales del mercado. Esto se logra a través de convenios y alianzas que permiten a los estudiantes acceder a pasantías, prácticas profesionales y experiencias en el campo laboral”, indicó Fernando Cortez, Gerente General de la Asociación de Industriales de Antofagasta.
Desde el 2006 a la fecha, los colegios Don Bosco han dotado a la región de más de 4.600 egresados; esta cifra no solo contribuye al desarrollo personal y profesional de los jóvenes, sino que también fortalece la economía regional al proveer a las empresas de profesionales altamente capacitados y adaptados a las necesidades del mercado.
El Colegio Técnico-Industrial Don Bosco de Calama se encuentra en su sexta etapa de construcción, la que permitirá implementar enseñanza de primero a sexto básico, agregar dos cursos por nivel de primero a cuarto medio y un gimnasio techado para actividades deportivas y recreativas; obra que no sería posible sin el apoyo de empresas aportantes que asumen este compromiso como propio, conscientes que aún queda un largo camino por recorrer para brindar educación de calidad en nuestro país.