Daniel Llorente Viñales, Presidente CORPROA
Represento a parte importante de la comunidad empresarial de Atacama, una región en la que interactúan virtuosamente un conjunto de actividades productivas como la minería, agricultura, nuevos proyectos en energías renovables, puertos y turismo, entre otros.
A nivel de actividad minera, se ha desarrollado un ecosistema con características propias, con presencia de la gran minería pública (Codelco) y privada (Candelaria, Caserones, Kinross, etcétera). Y también una fuerte presencia de la mediana minería (Carola, Pucobre, Atacama Kozan), concentrando la mayor parte de este segmento a nivel país. Asimismo, Enami tiene su principal centro de acción con la Fundición Hernán Videla Lira (Paipote) y su red de plantas y poderes de compra.
La historia de Chile ha ido de la mano de la tradición minera de Atacama, con el mineral de plata de Chañarcillo y Tres Puntas en el siglo XIX y hoy, con el cobre, el oro y el hierro.
A nivel de producción cuprífera, nuestra región por sí sola registra una producción promedio de unas 530.000 TM, con poco más del 9% a nivel nacional. La minería significa en torno al 47% del PIB regional y a nivel de proyectos, según la cartera de Cochilco, Atacama es la segunda región con más iniciativas (detrás de Antofagasta), con US$ 18.338 millones. El cobre es responsable de un 80,5% de esta inversión, aunque el oro también es un importante actor con un 14,3%.
Un aporte sustentable y de futuro lo estamos llevando adelante con los diversos procesos para incorporar la desalinización de agua de mar para los procesos productivos y con el auge de las energías renovables.
Sin duda aún queda camino por avanzar y debemos, todos los que formamos parte de este ecosistema (organísmos públicos, la academia y la industria), trabajar por una minería de clase mundial que sea sustentable, inclusiva y competitiva.
Sin embargo, consideramos que el proyecto de royalty que se discute en el Congreso, tal como está presentado actualmente, podría borrar de un plumazo lo avanzado, poniendo en riesgo la viabilidad de parte importante de las mineras actualmente operativas en nuestro territorio. Seamos claros, esta iniciativa podría afectar en torno a un 20%, en forma directa, la producción de cobre en Chile.
Discutamos con argumentos y altura de miras sobre el rol y aporte de la minería, el ADN de nuestra región. En la tramitación del anterior royalty (2005), se argumentó que la aplicación de esta tasa se basaba en que, dado que se trata de recursos no renovables, lo recaudado serían destinado a un Fondo Nacional de Innovación y parte de ello sería aplicado directamente en las regiones. Innovación, tecnología y recursos para las regiones mineras son parte de las promesas incumplidas.
Los gremios de la macrozona norte estamos proponiendo avanzar hacia una comisión de especialistas y técnicos que pueda recoger las visiones de todos los actores para avanzar hacia una mejor propuesta. Esperamos que, esta vez, el Congreso escuche la voz de las regiones.