En el año 2000, tuve el privilegio de compartir una jornada inolvidable con David Lowell, el legendario geólogo norteamericano que cambió para siempre el destino minero de Chile. Nos tomamos una foto en Santiago, durante una de sus visitas al país, en un encuentro que combinó ciencia, historia y visión de futuro. Esa imagen, que hoy conservo con gratitud, captura más que un momento: es el testimonio de una visión compartida.