A lo largo de la historia, el rubro de la minería siempre ha estado caracterizado por ser un sector principalmente ocupado por el género masculino. Sin embargo, ya desde hace algunos años, al menos 5, la mujer ha ido de a poco ocupando un lugar dentro de este rubro, algo que era casi impensado, debido a los requisitos de las vacantes y por el sistema de turnos que significaba el trabajo en la mina; dejando a las mujeres automáticamente descartadas por su responsabilidad con sus hijos y hogar.
Pero los tiempos han cambiado y según confirmó la reclutadora especializada “Michael Page”, las mujeres han ido tomando más protagonismo y hoy el 8% de ellas está postulando a cargos en el rubro de la minería; ocupando así el 10% de las vacantes que existen actualmente en el sector.
Para este 2021 se prevé un posible incremento de entre 0,1% a 0,3% aproximadamente, respecto al crecimiento de mujeres en cargos en minería. Esto en parte, gracias a los programas de equidad de género que se han ido estableciendo en las compañías.
“Hemos observado que las distintas empresas del sector, ya sea mineras o empresas proveedoras, están trabajando en programas de inclusión, los cuales consisten -al menos- en cumplir con que el 20% de su dotación sea netamente femenina. Por lo que en ese sentido hoy ya es una realidad que la diferencia en oportunidades para hombres y mujeres es cada vez menor, comentó Pilar Cruz,
De acuerdo a la reclutadora “Michael Page,” hoy también nos encontramos con otra problemática y que va de la mano con el hecho que las mujeres sean una minoría dentro del rubro. Esto tiene que ver con los cargos y sueldos que están percibiendo. Las cifras señalan que tan sólo el 11% del género poseen altos cargos. De hecho, la brecha salarial entre un hombre y una mujer va desde entre 15% hasta 20% aproximadamente, en donde los hombres llevan claramente la ventaja.
EL IMPACTO DEL COVID 19
Otra de las situaciones que no ayudaron a equiparar la cancha de la minería fue el tema de la pandemia. A pesar de que las cuarentenas no solo perjudicaron a mujeres, sino que también a muchos hombres, específicamente el género femenino, al ser menor cantidad, se vio doblemente perjudicado en cuanto a la ocupación dentro de la industria. Además, otro hecho importante que afectó bastante fue la sobrecarga laboral que percibieron al tener a sus hijos en casa y sin clases, lo que la mayoría de las veces no les permitió desempeñarse de manera idónea en sus funciones, o al menos dedicarle el tiempo que se requería.
