Por: Juan José Ronsecco, Presidente de la Corporación para el Desarrollo de Atacama. el anuncio de la Reforma Tributaria por parte del Ejecutivo, es de especial interés para las regiones de la Macrozona Norte lo referente a la propuesta de un nuevo Royalty Minero. Pero, ¿de qué se trata efectivamente esta propuesta?.
Inicialmente el Gobierno había señalado que el nuevo tributo estaba destinado al segmento de la gran minería, con dos componentes: el primero es una tributación ad valorem (sobre las ventas) que varía entre tasas efectivas de 1% a 2% para los productores entre 50.000 y 200.000 Tmf, y entre 1% y 4% para aquellos con producciones superiores a 200.000. A esto le sigue un segundo componente sobre la renta minera, con tasas de entre 2% y 32% sobre la rentabilidad operacional, para precios del cobre entre US$ 2 y US$ 5 la libra. En ambos casos se establecen tasas que varían según el precio del cobre.
Tras conocer esta semana la indicación del Gobierno que se presentó en el Senado, nos encontramos con una noticia que no es nada buena específicamente para Atacama: se incluirá con un rango progresivo también a los productores entre 12.000 y 50.000 Tmf; es decir, la mediana minería, de la cual nuestra región es la principal exponente en el país.
Todo esto nos preocupa, ya que el 35,9% del PIB local se explica directamente por esta actividad. Lo cierto es que Atacama es una zona clave para el desarrollo de pequeños y medianos mineros con riqueza en diversos minerales. Concretamente, este territorio aglutina US$ 18.197 millones en proyectos mineros a 2030, un 26% del total de la cartera catastrada por la Comisión Chilena del Cobre para todo el territorio nacional. Toda esa inversión repercute en nuestra cadena de valor y encadenamientos productivos, donde un 69% de los trabajadores de Atacama tienen relación directa o indirecta con esta industria, siendo la región con mayor porcentaje de trabajadores vinculados al sector, según datos del Consejo Minero a junio de 2022. Hablamos de proveedores de distinta índole, desde restaurantes hasta transportistas, pasando por emprendimientos de ingenieros en software que están propiamente instalados en nuestras localidades.
Necesitamos que se planteé la idea de este royalty de una forma más equilibrada que la conocida hasta ahora, con cobros entre los mayores de todos los países mineros, quitándonos competitividad. Como representante de la Corporación para el Desarrollo de la Región de Atacama, vemos que necesitamos mantener viva la inversión frente a otras jurisdicciones mineras internacionales y continuar el círculo virtuoso de la minería con los empleos locales. Celebramos la idea de mayor recaudación para la agenda social y las regiones, pero no por ello se debe sacrificar una fuente de empleo tan rica como la actividad minera en las zonas productivas.