Jujuy, Salta y Catamarca, todas provincias ubicadas en el noroeste argentino, poseen una gran riqueza de litio y, en ellas han centrado sus ojos los inversionistas internacionales, sumando más de una treintena de proyectos que están en distintas etapas de desarrollo: construcción, factibilidad, prefactibilidad y exploración avanzada, por lo que el vecino país puede, según los analistas del sector, avanzar para dejar de ser en el corto plazo el cuarto mayor productor a nivel mundial y estar entre las naciones líderes.
Las inversiones bordean los UDS$ 3.500 millones. Empresas norteamericanas, canadienses y chinas andan en busca del llamado “oro blanco”; mientras que la oriental Zijin Mining, una de mayor presencia en el sector productivo, ha anunciado invertir otros 380 millones de dólares en el sector de “Tres Quebradas” para construir una Planta de carbonato de Litio.
Las naciones líderes en producción son Australia, Chile y China; no obstante, la mayor cantidad de este recurso no metálico, está en territorio chileno y boliviano, donde también empresas orientales están interesados en materializar proyectos de explotación de este importante recursos.
Argentina proyecta producir hacia el año 2023, 120 mil toneladas de carbonato de litio, como consecuencia de las ampliaciones de la producción de las faenas Fénix y Olaroz; además que entrarían en producción este año el proyecto Cauchari-Olaroz, con otras 40 mil toneladas.
La demanda por carbonato de litio es cada vez mayor y, lo será mucho más en la medida que se avance en la fabricación de baterías de litio para vehículos eléctricos; como de otras tecnologías o dispositivos relacionados a la electricidad. A medida que avancen las investigaciones, su uso será más intensivo y, por ende el valor que paguen por él también irá en aumento como ha ocurrido en los últimos años.
Los inversionistas han optado de poner sus dólares en territorio Argentino, debido a que tanto Chile como Bolivia han decidido, declararlo por un lado: “valor estratégico”, como es el caso de la primera nación; mientras que en el país altiplánico, la extracción es de exclusiva responsabilidad del Estado.
En Chile, han llegado a reunirse con las autoridades del sector delegaciones provenientes de china e incluso de India interesadas en incorporarse a la extracción y producción de carbonato de litio. Lo que requiere Chile, es exportar materia prima, sino que construyan paralelamente fábricas de baterías de litio y así, obtener un mayor valor agregado a este no metálico que cada año que pasa es más cotizado en los mercados internacionales. Durante el gobierno de Michelle Bachelet, se promulgó la “Política del Litio y Gobernanza de los Salares”.
Por ahora, son millones las toneladas de carbonato de litio que duermen en la cordillera a espera que algún día sean extraídas y por ende generen más oportunidades laborales e ingresos económicos a los países que poseen esta gran riqueza.
