Por: EDUARDO ALEGRÍA OLIVARES, Director Revista Minera Crisol.- Las millonarias deudas que arrastra la estatal Empresa Nacional de Minería, como consecuencia de malas decisiones y a las deficientes administraciones – las que no dieron el ancho que se esperaba de ellas- llevaron finalmente al gobierno anunciar mucho antes de lo establecido el cierre temporal de la Fundición “Hernán Videla Lira”, distante a 8 kilómetros al sureste de la ciudad de Copiapó en la Región de Atacama.
La fundición fue inaugurada en 1952 durante el gobierno de Gabriel González Videla y, con la tarea de permitir sacar un mayor valor agregado a los minerales de los pequeños y medianos productores de la Región de Atacama; no obstante, las reiteradas faltas de liquidez en el último período para pagar a sus principales proveedores de concentrado, como son: Pucobre S.A. y el Grupo Minero Carola Coemin en Atacama, terminaron por adelantar su cierre en un período en que la región enfrenta también la mayor cesantía del país.
Lamentablemente, Enami durante muchos años y entre ellas la fundición Paipote, no lograron revertir sus ineficientes resultados económicos y medioambientales pese a las millonarias inversiones que se hicieron a través de proyectos de modernización iniciados a mediado de la década de los ’90, como consecuencia de sus prolongadas emisiones que superaban la normativa vigente causando “crisis medioambientales” tanto en Copiapó como en la comuna de Tierra Amarilla.
Hoy, pese a que anteriores administraciones y gobierno expresaron que construir en Atacama una nueva fundición y refinería no era viable económicamente, sino qué en la Región de Antofagasta, particularmente en Mejillones, las autoridades han reiterado que la futura construcción se realizaría, una vez que se cuente con las autorizaciones ambientales y el financiamiento por más de US$ 1.200 millones, en el mismo sector que hoy se encuentra: Paipote.
La crisis operacional que enfrenta la estatal tiene innumerables factores que van desde lo económico, productivo, medioambiental y la carencia de capitalización que permitan sostener por sí misma el fomento a los pequeños productores.
La fundición Paipote, según planteó recientemente la Ministra Aurora Williams en la Sala de la Cámara, registraba pérdidas diarias de 242 dólares por cada tonelada fundida, lo que implica, que diariamente, por cada descalce entre el costo real y el precio de fundición, se registraban pérdidas diarias de 135 millones de pesos, siendo el detrimento real de 300 millones diario.
Frente a estas cifras, no hay empresa ni gobierno que lo resistan; de ahí que las autoridades del sector determinaron su cierre temporal; mientras buscan con urgencia un método que permita equilibrar la situación financiera en la que se encuentra Enami para que en el corto o mediano plazo vuelva a retomar con eficiencia y proyecciones su verdadero cometido por la que fue creada, dejando de ser una carga económica para Chile y de favores políticos de los gobiernos de turno.
Lo que todos esperaos es contar con una nueva empresa estatal altamente moderna, administrativa y técnicamente eficiente que permita generar recursos para el país y no, como ocurre hoy, convertida en un saco sin fondo y la que de no tener el favorable rótulo de estatal, donde se invierte el dinero de todos, habría ya hace muchísimos años cerrado por quiebra económica.
Sólo se espera que las decisiones de gobierno, nos permitan viabilizar y proyectar a futuro, uno de los proyectos históricos emblemáticos más importantes de los últimos 70 años de la minería nacional: la Fundición “Hernán Videla Lira”; de allí que todos esperamos una ¡¡¡Enami Eficiente y Rentable para Chile!!!
