Por. LESTER MAXWELL, Jefe de Litigios en Claussen &Velasco; Académico Universidad de Antofagasta. Magister en Derecho Regulatorio Puc. Magister en Recursos Naturales UCN; Diplomado en Derecho Administrativo y Recursos Naturales Puc.
De 2020 hasta la actualidad, Latinoamérica ha sido sujeta de una fuerte crisis económica, donde si bien el aumento en la inflación ha sido el protagonista, ésta, ha sido secundada por situaciones geopolíticas, ambientales, y por un aumento en los costos de producción, que sin dudas han afectado el rubro de la minería.
Esta situación, ha sido ratificada en Chile por la Comisión Chilena del Cobre la que ha acentuado en particular, el aumento en los costos de producción en la actividad minera, donde solo a modo de ejemplo, el organismo señaló que el año 2022 reportó costos directos de las mineras de cobre más grandes, con un alza en US$0,183/lb en promedio, mientras que las 16 operaciones más pequeñas en Chile, se reajustaron en US$0,542/lb.
No obstante ello, nuestro país enfrenta el futuro con optimismo en el desarrollo de la minería, toda vez que el factor globalización, conjuntamente al cambio climático, han dado un voraz impulso, a procesos de descarbonización, así como al fomento en la generación de energías renovables no convencionales, lo que en consecuencia, ha generado que el empresario minero, incentive la reinversión.
Lo anterior, tiene sustento en políticas empresariales mineras, que en Chile, ya poseen un marcado carácter que se ha denominado como “más verde”, donde la búsqueda de un eficaz desarrollo sostenible, se ha transformado en el principal objetivo, siendo prueba de ello, el exponencial aumento en la entrega de proyectos de plantas desaladoras ante el Servicio de Evaluación Ambiental que las grandes empresas mineras tienen dentro de su inversión. Otro ejemplo, es la comunicación de la nueva alianza estratégica que acaba de formar Chile y Perú donde en su calidad de ser los mayores productores mundiales de cobre (Solo Chile en el año 2022 obtuvo una producción de cobre, de un volumen de 5.771Mt, lo que supuso un incremento de 2,6%, comparado al año 2021, siendo nuestro país, el principal productor de cobre del mundo) se unieron en la búsqueda de una hoja de ruta orientada en la promoción del hidrógeno verde en la industria minera.
Todos estos factores, tanto de cambio climático como de sustentabilidad ambiental, son políticas mineras que cada día suman más adeptos y que sin duda hacen que la minería en Chile se posicione con expectativas para este año 2023, y el próximo 2024, toda vez que al esperarse mayor estabilidad económica, se produciría una baja inflacionaria, lo que en consecuencia, generará que la inversión del empresario minero cobre réditos, produciendo grandes cantidades de cobre que permitirá mantener a Chile en la élite minera, pero esta vez, con considerables reducciones en los agentes contaminantes que muchas veces se constituían como trabas en la política minera nacional.
